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Zoonosis: Rabia

Zoonosis: Rabia

Prevención en vez de pánico y crisis
Éste es un espacio destinado a las enfermedades que se transmiten de los animales a las personas, llamadas Zoonosis, Entrevistamos a Hernán Zubizarreta (Director de zoonosis Municipalidad de San Fernando) y al Dr. Raúl Santino Jefe de la división Rabia del Instituto Malbrán.

La Rabia es una enfermedad infecciosa viral aguda que afecta el sistema nervioso central, de consecuencias fatales en todos los casos. La pueden padecer todos los animales de sangre caliente. Siendo los carnívoros y quirópteros (murciélagos) los principales reservorios del virus en la naturaleza.
Se transmite por mordedura de un animal enfermo a uno sano, transmitiendo el virus por saliva. Los felinos al lamerse las garras pueden transmitirla por arañazos, al colocar en la herida saliva con virus.
Continúa siendo una de las Zoonosis más importante en el mundo y representa un problema serio en muchos países.
HISTORIA
La Rabia es una de las enfermedades más antiguas de la humanidad; su conocimiento se remonta aproximadamente 4 mil años A.C.
Esta enfermedad sólo se identificaba con las especies silvestres. Al transcurrir los años, estos animales fueron difundiendo el virus por el mundo; más tarde llegó a las especies domésticas, y en consecuencia al hombre que convive con ellas.
El cambio de comportamiento de una mascota fiel y cariñosa a un animal agresivo, ocasionó el terror en algunos pueblos, que consideraron este hecho como un “castigo divino”, porque cuando un perro con este comportamiento atacaba a una persona, la muerte llegaba en pocos días.
Durante la primera invasión inglesa al Virreinato del Río de La Plata en 1806 los británicos trajeron perros de caza probablemente infectados de Rabia. Como el período de incubación varía de 10 días a un año, los animales sobrevivieron al largo viaje y al desembarcar transmitieron la enfermedad que encontró condiciones propicias para instalarse en forma endémica durante 178 años.
Sin embargo, algunos datos históricos señalan que La rabia ya existía en América, y que los vampiros, cuya presencia se detectó en zonas del nuevo continente, eran causa de transmisión del mal, según relatos de las crónicas de los conquistadores en 1514 y 1527, principalmente en tierras mexicanas.
El incremento de la población de perros a consecuencia de la expansión de las ciudades ocasionó la propagación en la población canina en los siglos XVII y XVIII.
En 1804 el investigador alemán G. Zinke, en sus extensas investigaciones con la Rabia, demostró que ésta se podía transmitir a perros sanos por inoculación de saliva de animales rabiosos.
Rabia-PasteurEn 1885 el Dr. Luis Pasteur, quien sugirió que el agente etiológico de La Rabia no era una bacteria sino un virus, salva la vida de un niño de 9 años, llamado Joseph Meister y de otros tres campesinos llegados de Smolensko, Rusia, quienes habían sido mordidos por un lobo rabioso, usando una vacuna de su invención. En gratitud, el Zar le envía la cruz de diamantes de santa Ana y 100.000 francos para empezar la construcción del actual Instituto Pasteur. Joseph Meister (primer vacunado) ofrendó su vida para evitar la profanación del Mausoleo Pasteur por los nazis en la segunda guerra mundial.

 

Demostró a su vez que el virus de la rabia no se encontraba sólo en la saliva de los animales enfermos sino también en el sistema nervioso central, y a partir de este descubrimiento extrajo virus de animales rabiosos, los cultivó, y posteriormente los inoculó en perros y conejos, preparando así una vacuna que protegería a los animales de la infección con virus activoEn Buenos Aires durante el año 1910 la curva de rabia pegó un salto significativo. Se duplicaron las consultas por mordeduras con respecto al año anterior. Uno de los factores que favoreció la difusión de la Rabia urbana fue el explosivo aumento poblacional de la periferia de Bs. As. Luego de la Segunda Guerra Mundial cuando la radicación de industrias, atrajo  un flujo poblacional que se instaló en el conurbano bonaerense sin una adecuada planificación, con  animales domésticos, especialmente perros. Su abundancia y el descontrol sanitario contribuyeron a expandir la enfermedad que en la década del 70 permitió registrar 5.000 casos anuales de Rabia en la Pcia. De Bs. As. En 1973 la legislatura bonaerense sancionó la ley 8.056 de profilaxis de Rabia. Se implementó el Programa de “Rabia cero para Buenos Aires” que involucraba a diez millones de habitantes. Fue preparado y llevado a la práctica por el Dr.Adolfo Fernández Munilla  Director del Instituto Pasteur y el Dr. Juan Carlos Arrosi, Director de Zoonosis Urbana de la Pcia de Bs. As., con quien tuve el honor de trabajar.

La vacunación sistemática en plazas con puestos fijos no lograba el objetivo, entonces se decidió masificar la vacunación y  extenderla, gratis, puerta por puerta a domicilio de Septiembre a Diciembre.

Pero sólo se llegó a alcanzar la meta de Rabia cero, con el operativo Pasteur, implementado por el Dr. Juan Carlos Arrosi. Consistió en realizar un operativo de vacunación con puestos fijos en todas las escuelas, durante la vacaciones de invierno, previa masiva difusión. Estos permitió acceder a vacunar a los perros que no se vacunaron durante  la campaña puerta a puerta por no tener la edad necesaria, 3 meses, o por no haber nacido aún.

En el año 1981 se alcanzó Rabia cero en Capital y en 1984 en la Pcia. De Bs. As.

LA ENFERMEDAD EN LOS ANIMALES:

Se distinguen dos formas, la Rabia furiosa y la paralítica o muda, según la sintomatología nerviosa predominante.
Perros:

Rabia furiosa:El período de incubación dura de 10 días a 1 año.   Manifiestan un cambio de conducta, se esconden en rincones oscuros o muestran  agitación  y dan vueltas intranquilos. El animal se sobresalta al menor estímulo, pierde el apetito, presenta irritación en la región de la mordedura y un ligero aumento de la temperatura corporal. Después de 1 a 3 días, se acentúan en forma notoria los síntomas de excitación y agitación. El perro se vuelve peligrosamente agresivo, con tendencia a morder todo lo que se mueve a su alrededor, objetos, animales y al hombre, incluso a su propio dueño. Muchas veces se muerde a sí mismo infligiéndose graves heridas. La salivación es abundante, ya que el animal no deglute la saliva debido a la parálisis de los músculos de deglución, y hay una alteración del ladrido por la parálisis parcial de las cuerdas vocales, con un aullido ronco y prolongado.

Los perros rabiosos tienen propensión a abandonar sus casas y recorrer grandes distancias, a la vez que atacan con furia a sus congéneres u otros animales. En la fase terminal de la enfermedad, con frecuencia se puede observar convulsiones generalizadas; luego, incoordinación muscular y parálisis de los músculos del tronco y de las extremidades.

Rabia muda: se caracteriza por el predominio de síntomas paralíticos, en tanto que la fase de excitación es muy corta o a veces está ausente. La parálisisr comienza por los músculos de la cabeza y cuello; el animal tiene dificultades en la deglución y a menudo por sospecha de que el perro se haya atragantado con un hueso, el dueño trata de socorrerlo, exponiéndose de esa manera a la infección por revisarle la boca. Luego sobreviene parálisis de las extremidades, parálisis general y muerte. El curso de la enfermedad dura de 1 a 11 días

Gatos:

La mayor parte de las veces la enfermedad es del tipofurioso, con sintomatología similar a la de los perros. En 2 a 4 días de haberse presentado los síntomas de excitación, sobreviene la parálisis del tercio posterior.

DISTRIBUCIÓN

RABIA URBANA: El perro es el principal vector de la rabia urbana. La infección se transmite de un perro a otro y del perro al hombre y a otros animales domésticos, por mordeduras. A pesar del desenlace mortal de la enfermedad, la rabia en las ciudades y poblados se mantiene por una importante proporción de perros susceptibles. La gran densidad de perros y su alta tasa de reproducción anual son factores importantes en las epizootias de Rabia canina en América Latina y en diversas regiones.

RABIA SILVESTRE: La rabia silvestre se mantiene en la naturaleza en forma similar a la urbana. Dentro de un determinado ecosistema, una o dos especies de mamíferos, en especial carnívoros y quirópteros(murciélagos), se encargan de perpetuarla. La Rabia selvática es un peligro permanente para el hombre y los animales domésticos. Cuando los animales silvestres están rabiosos, se acercan a los pobladores y pueden agredir al hombre y a sus animales.

En nuestro país el murciélago insectívoro es el principal reservorio del virus en zonas urbanas como rural.

Es frecuente al realizar vigilancia epidemiológica de la Rabia, encontrar ejemplares de esta especie que dan positivo a las pruebas de laboratorio. Cuando un murciélago está enfermo de Rabia lo podemos encontrar en situaciones inusuales, en el piso de un patio o jardín de una casa y hasta en el balcón de un departamento incluso a plena luz del día. Las mascotas son curiosas y nunca estamos libres de que al olfatearlo muerdan a nuestro perro o gato. Si no los tenemos protegido con la vacuna aplicada anualmente, son susceptibles de contraer Rabia, con el gravísimo peligro que representa para ellos y todo el grupo familiar.

Por esto debemos tener el cuidado de no olvidar revacunar todos los años y hacer la consulta con el médico municipal especialista en Rabia en todos los casos de mordeduras o arañazos, a pesar de escuchar decir por quienes no saben,  que no hay más Rabia.

CONTROL  DE LA RABIA URBANA

Los procedimientos usados en los programas de control y eliminación de la Rabia urbana tienen por objeto la reducción rápida de la población de animales susceptibles. Para lo cual se debe trabajar sobre 2 premisas:

1) Vacunación de perros y gatos: Se recomienda la vacunación, en el plazo más breve posible, de por lo menos 80% de toda la población canina de la ciudad y de sus áreas adyacentes. Las campañas de vacunación deben realizarse mediante visitas domiciliarias, por puestos fijos o  móviles, donde se concentran los perros de cada barrio, pero cuando los recursos lo permiten, es preferible el primer procedimiento.

2) Castración: Se debe  llevar adelante un control de la reproducción indiscriminada de caninos y felinos para controlar la superpoblación, mediante la castración (en ambos sexos).

Hay que desarrollar campañas de educación de la población para que no deje sus animales sueltos sin control en la vía pública, los mantenga dentro del límite de su propiedad sacándolos a pasear con collar y correa,  los vacunen contra la Rabia todos los años y castren  los machos y  hembras de razas mestizas y razas puras que no sean destinados a la reproducción.

bulletM.V. Hernán Zubizarreta

Director de Zoonosis
Municipalidad de San Fernando
bulletDr. Raúl Santino
Jefe de la división Rabia del Instituto Malbrán
Actualmente Director del Consultorio de Antropozoonosis
Municipalidad de San Fernando

Hernan Zubizarreta

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