No se trata de una nueva raza, ni de una cruza, ni nada científico; es solo una moda que consiguió satisfacer el capricho de algunas personas que no pueden adquirir un oso panda real, y con un poco de dinero (y sacrificio involuntario de animales) consiguen “algo” muy parecido. Se utilizan perros raza ChowChow, a los cuales se los lleva a unas tiendas especializadas, donde los pintan para que queden idénticos al Panda real. Las tinturas, aseguran, son inocuas. El procedimiento tarda 2 horas y dura aproximadamente 6 semanas .
El tema no da ni para debatir, pero sabiendo que el Panda en China está en serio peligro de extinción y una de las causas es la caza furtiva por su hermosa piel, seguimos sin aprender nada, la moda vuelve a teñirse de sufrimiento.