El miedo a los perros es bastante común en niños pequeños, sobre todo en los que no tienen mascota en su casa.
La teoría más actual se centra en el factor aprendizaje. Aunque el niño no haya vivido una experiencia negativa con perros, el factor aprendizaje influye para que desarrolle el miedo. Si alguien de su familia ha tenido alguna mala experiencia real o fantaseada seguramente le inculcará un miedo irracional a los perros o animales; y a partir de ahí, si no lo modifica, el vínculo será con temor. Lo normal es que este miedo desaparezca pronto, siempre que las personas que rodean al pequeño sepan ayudarlo.
Hay miedos que surgen por la inseguridad del pequeño o por su temor a lo desconocido. Y también otros que son aprendidos: por ejemplo, si los propios padres se asustan de los perros o mantienen una actitud de desconfianza frente a ellos, puede que el niño piense que no son muy de fiar. La base del aprendizaje de los niños es la imitación. Este es el motivo por el cual si nuestro hijo observa que alguno de sus padres se comporta con temor ante la presencia de un perro, interpretará que éstos son animales peligrosos.
Paola Rizzo
Licenciada en Psicología