Generalmente, uno tiende a ponerse en el lugar de su mascota, y realmente a ninguno de nosotros nos gustaría comer todos los días lo mismo, sería ¡aburridisimo! Sin embargo, debemos tener en cuenta que la alimentación va más allá del placer que nos da, ya que es la base para una vida saludable. Hace 20 años, cuando empecé a trabajar en el consultorio, más del 80 % de mis pacientes eran alimentados con comida casera, generalmente una mezcla de arroz y fideos, con carne y algunas verduras. Comida rica, pero insuficiente en nutrientes. A diario, veía en la consulta las secuelas de esto, un ejemplo típico eran los gatos alimentados exclusivamente a hígado crudo, un alimento que les encanta a los felinos. Llegaban casi inmóviles, apáticos, con el manto opaco, sus dientes en mal estado y, sobre todo, muy doloridos. El diagnóstico era Hipervitaminosis A, que produce una espondilosis cervical, conocida como “Picos de loro”, y por otro lado, tenían falta de vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales y otros nutrientes indispensables para un cuerpo sano. Por supuesto que sus dueños nunca quisieron perjudicarlo, todo lo contrario, lo mimaban dándole lo que más le gustaba. Es ahí, entonces cuando me pregunto ¿Qué comerían nuestros hijos si les diéramos a elegir? Los alimentos balanceados comerciales son una mezcla de diversos ingredientes que en conjunto ofrecen una dieta completa, de acuerdo a la etapa de desarrollo y de su condición fisiológica (preñez, lactancia). Inclusive, hay formulas modificadas y medicadas para determinadas enfermedades que ayudan mucho en los tratamientos. Esto no significa que si elegimos comida casera para nuestras mascotas esté mal, pero lo que aconsejo es acudir a un profesional veterinario, quien nos va a asesorar y formular la dieta necesaria.
María José Chaud
Co fundadora de Urban Pets. Médica veterinaria y ex dueña de "La Vete" decidida a comunicar todo lo aprendido.