Amsterdam es una de las ciudades más lindas y románticas de Europa. Su arquitectura del SXVI, sus puentes y canales la hacen mágica.
Disfrutando sus calles nos encontramos con la sorpresa de que abundan los gatos. En las casas, los negocios y sobretodo en los Pubs te vas a encontrar con un dulce minino, con su collar e identificación, muy tranquilo disfrutando.¡Nos enamoramos aún más de esta ciudad!
Le preguntamos al guía el porqué de tantos gatos, y respuesta obvia, hay muchas ratas por ser tierras bajas cubiertas de agua, y el gato aparte de embellecerla, ¡¡¡es un habitante muy importante y de gran valor!!!
Y esta sorpresa no quedó acá, nos encontramos un antiguo barco en uno de sus canales que resultó ser nada más y nada menos que un asilo flotante de gatos, el Poezenboot o barco de los gatos, que fue nombrado en el 2002 como una institución caritativa a favor de los animales y se mantiene gracias a donaciones. Algunos de los gatos están en adopción, y cuenta con un programa educativo para niños . ¡Una idea para copiar!!
Y esto no es todo, viendo nuestro entusiasmo por esta característica de Amsterdam, nos recomendaron ir a un museo muy particular, el KattenKabinet, el museo de los gatos.
Es en parte un edificio histórico, en parte una galería de arte y en parte una locura gatuna, fundada por Bob Miejer en honor a su gato John Pierpont Morgan, a quién le hacía exóticos regalos.
El más gracioso fue en su 15ª cumpleaños,cuando le hace imprimir una edición limitada de billetes de dólar americano, reemplazando el rostro de Washington por el de su adorado gato y cambiando el texto In God we trust “confiamos en Dios” por el de We trust no dogs “no confiamos en ningún perro!!
En el KattenKabinet vas a disfrutar obras donde se resalta el importante papel que han jugado los gatos en el tiempo; tiene una importante colección de pinturas de artistas de renombre como Picasso; ¡este museo es un paseo imperdible si vas a visitar Ámsterdam!