Levantá las orejas y abrí los ojos.
“¿Cuál es la diferencia entre éste y los demás conejos del mundo? ¿Las orejas? No, son finas y alargadas como las de todos los conejos. ¿Los bigotes?. Tampoco, son negros y pinchudos como los que más. ¿Los dientes? Menos que menos. Nuestro conejo tiene unos dientes enormes que usa, como todos, para morder zanahorias.¿Entonces?. Lo que distingue a este de los otros conejos del mundo es que, cuando se enoja, se convierte en otro. En gato, por ejemplo. O en árbol. O en olla. O en guitarra, depende.”
Así empieza el cuento “Enojo de Conejo” de Silvia Schujer.
¡Qué genial! -pensé yo cuando lo leí-, a este conejo le pasa lo mismo que a mí cuando me enojo; me transformo en otra y no se sabe cómo voy a terminar. Y este conejo va pasando por estados impredecibles hasta que por una de esas vueltas de los enojos, termina rodeado de música e instrumentos para deleite de lectores y oyentes. ¿Ya lo imaginaste? Buscá este cuento y entérate adónde fue a parar el conejo. Mirá que si no, me enojo y termino hecha una fiera tirando fuego por la nariz..!