Así era Pancho, mi querido Pancho. Nosotros dos iniciamos esta familia, los Pacheco Diaz… Hoy somos mucho más que dos, pero vos fuiste el primero, tan especial para mi… Llegaste a mi vida para completarla y hoy dejas este enorme vacío… Fueron casi diez años de un amor tan inmenso como vos. Te sigo esperando aunque sé que esta vez ya no vas a volver, te dejé ser libre y corrimos ese riesgo juntos, no pude contener tu naturaleza, no le tenías miedo a nada y desafiabas a los perros del barrio que te llevaron de mi lado. Los años te jugaron una mala pasada. Prefiero recordar las noches que dormiste a mis pies, todos los viajes a los que me acompañaste y todas las veces que nos mudamos, los bebés que llegaron, los nuevos integrantes de cuatro patas, los que se sumaron y los que estuvieron en tránsito en casa… Te adaptaste a todo amigo mío. Mi compañero fiel, mi príncipe azul, gracias por tanto años juntos, por estar por las mañanas ronroneando en mis tobillos. Voy a extrañar tus mimos escasos e invaluables para mi. Estoy segura que ahora estas con “ella” ronroneando a sus pies y no podrías estar en mejores manos. Te voy a extrañar mi amigo, pero siempre siempre vas a estar en mi corazón. Hasta siempre príncipe azul.
Imponente, libre, hermoso…
Por Marina