Cuando un anciano se vuelve melancólico porque sus hijos se han ido del hogar o porque extraña a su compañero/a ó simplemente porque no tiene a nadie que lo visite, tener alguien a quien cuidar y mimar es un factor muy importante para su salud. Llevar al animal a pasear (en el caso de los perros), cuidar de su aspecto, darle de comer, acariciarle, jugar con él o simplemente sentir la sensación de que él está silenciosamente a su lado le hará sentirse más útil y conectado con su entorno. Las personas que han pasado por la pérdida de su pareja, pasan por diferentes etapas emocionales que muchas veces afectan su salud o la agravan. Para estos casos es de ayuda el tener o hacerse cargo de una mascota; ella les dará desde el primer día la fuerza y alegría para seguir adelante y no refugiarse en la melancolía, evitando un presente tormentoso y difícil.
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Paola Rizzo
Licenciada en Psicología