“Perros y humanos estamos diseñados para correr, la carga genética está en todos nosotros pero, al igual que a un niño, el contexto que rodea y el medio ambiente debe activar para que se exprese de manera adecuada este potencial que llevamos en nuestros cromosomas. Los perros son animales gregarios, eso los hace empáticos con lo que los rodea siempre y cuando haya un bien y un objetivo en común. Así el perro ama copiar al ser humano líder y confiable que está al lado suyo, que le transmite bienestar y refuerza comportamientos que harán a su manada, su familia más fuerte.
Todo empezó hace 5 años para mi y hace 3 años para Lila. Cambiar hacia hábitos saludables físicos y alimentarios, salir a caminar, a trotar mejorar la salud física y mental era la meta. Está comprobado que 60 días tarda el organismo humano en fijar un hábito y 30 días el organismo animal. Así cuando miramos hacia atrás estábamos inmersos en una pasión, la pasión de correr.
Pero que es una pasión?… es una emoción, una necesidad química orgánica de repetir lo que estamos haciendo porque nos da placer, y cada vez más placer. En este punto, las endorfinas comienzan a hacer su trabajo, si, esas mismas sustancias químicas responsables de enamorarnos, de la felicidad espontánea, de esa piel de gallina al mezclarse con adrenalina cuando algo nos emociona. Y los perros tienen pasión? claro, incluso más que nosotros. Sus decisiones y comportamientos están basadas en instintos espontáneos pero también en emociones fuertes. Nosotros los humanos les agregamos lo racional de nuestra corteza cerebral que muchas veces nos condiciona y limita.
Fuimos transitando juntos muchos entrenamientos, muchas carreras, muchos controles médicos, mucho respeto hacia el bienestar animal. Correr un maratón requiere, disciplina, esfuerzo, voluntad, y bastante locura. Desde cachorra estimulamos su genética de atleta, planificamos cada carrera y cada entrenamiento como un bloque humano-animal. Nunca unipersonal.
Pero, ¿cómo sabemos que su deseo es correr?
Basta correr con ella un día, mirarla a los ojos cada vez que nos ponemos las zapatillas o preparamos el agua y la mochila. Alcanza con atarla a la cintura y entrenar juntos para que entiendas que es lo que ella quiere. Su cuerpo comienza a vibrar, Hay mucho de felino en ella, se agazapa como si tuviera una presa cerca cuando salimos, hay algo mágico en su mirada y uno lo siente como propio.
“En el recorrido del maratón tuvimos 4 paradas para que ella tomara agua y cargara energías para seguir” A partir del km 35 los humanos ya no tenemos casi reservas de energía para mantener el ritmo, pero los perros utilizan mejor las grasas como fuente de energía y su disponibilidad de oxígeno es mayor cuanto más largo es el trabajo. “Eso hizo que Lila aumentara la velocidad a partir de que mis reservas ya eran escasas, ayudandome a terminar la carrera. El mejor trabajo en equipo” Cumplió su función como si lo hubiéramos charlado, organizado y planificado, pero con ella no necesitamos hablar, una mirada y un gesto alcanza. Eso es lo mágico.
Lila hizo podio en todas las ediciones de Dogrun y ganó 4 ediciones ininterrumpidas de 2013 a 2015 , y corrió mucho más rápido que más de 10000 personas que participaron en el Maratón de BsAs. pero ella no lo sabe ni le interesa. Ella corre porque ama correr, no está condicionada por relojes ni el superyó individual. No sabe de marcas ni fotos narcisistas. Eso la hace mística, espontánea, ingenua, reverencial, furiosa, salvaje, única. Leyenda”.
M.V. Baltazar Nuozzi
MP 10033 UNLP