Las fobias son trastornos comunes que se caracterizan por una intensa angustia y un miedo desproporcionado que muchas personas sienten ante ciertos objetos o situaciones.En las fobias a los animales, y más particularmente en la fobia a los gatos, el origen puede ser una experiencia personal traumática, o bien la proyección de otro tipo de miedos no relacionados directamente con el propio animal en sí.La fobia a los gatos se llama “ailurafobia”. La palabra Ailouros, proviene del griego, es un término que significa “gato” y Phobos significa “miedo o terror”. Frente a un gato, las personas con ailurofobia pueden comenzar a sudar, tener dificultades respiratorias e incluso tener un ataque de pánico.Mucha gente sufre de este tipo de fobia y se siente incomprendida, ya que los gatos son animales normalmente inofensivos y gran cantidad de gente disfruta con su compañía. La fobia es mucho más invalidante que un simple temor, la fobia no es simplemente desconfianza hacia el animal, sino que aparece ansiedad y sensación de perder el control ante la situación, pese a que esa persona en cualquier momento entiende que un miedo de tal magnitud no tiene ningún sentido. Pero la buena noticia es que como casi todas las fobias, la ailurofobia tiene cura, que se logra con un adecuado tratamiento psicológico. Las terapias psicológicas que pueden ser beneficiosas para las personas que padecen fobias son:- técnica de “inmersión” -terapias graduadas de exposición, entre las que se encuentra la desensibilización sistemática . Todas estas técnicas se enmarcan en el enfoque de la terapia cognitivo-conductual (TCC).La exposición graduada y la TCC trabajan con la meta de desensibilizar a la persona y de cambiar los patrones de pensamiento que están contribuyendo a su miedo.
Paola Rizzo
Licenciada en Psicología