Nos recibieron los dos con su increíble manada de perros y sus huéspedes. Todo era calma y alegría e impactaba el amor con que eran tratados y el clima relajado que reinaba en el grupo. Cada perro agitando su cola, pidiendo caricias y luciendo coloridos pañuelitos al cuello.
Después de darnos una panzada de mimos de perros nos fuimos a conocer el hotel. Entramos por la sala de juegos, lugar especial para los días de lluvia; pasamos por el SPA, donde los dejan divinos para volver a casa; la cocina, preparada con almacén, comederos, heladera y microondas para satisfacer las necesidades de cada uno, ya sea con alimento balanceado o comida casera de acuerdo a lo que acostumbran comer; y de allí a las habitaciones.
Las “suites” están distribuidas en un espacio de 110m cubiertos con ventilación, calefacción, aire acondicionado, sillones, camitas, puffs (fiacas) y colchonetas con mantas para dormir. Además tienen música funcional y televisión! Todo el lugar esta ambientado lo más parecido posible a un hogar, para que los perros se sientan como en su casa.
Es difícil describir lo que vimos: el lugar es soñado, impecable y está comunicado a la casa. El cuidado es de 24 hs, dándoles la contención necesaria para que se sientan felices, disfruten la estadía y extrañen lo menos posible.
Los dueños de los huéspedes pueden ver por facebook todas las noches fotos del día divino que pasaron sus “adorados gordos”.
Pero esto no termina aquí, el predio tiene 6000 mts de parque totalmente perimetrado, con espacios delimitados para permitir a los perros socializar en grupos según el sexo, el temperamento y la edad.
También cuentan con sala de enfermería para primeros auxilio y controles de rutina diarios.
Todo esto es posible gracias a Flor, Fede y a su equipo de colaboradores, que trabajan incansablemente para mantener el lugar limpio y en condiciones. Y a La profe Kari, la adiestradora profesional, que juega con ellos y los educa para una mejor convivencia durante la estadía.
Los perros salen por la mañana supervisados y acompañados, están al aire libre sólo si el tiempo lo permite, ajustando los horarios según la época del año y temperatura. Al mediodía ingresan al hotel a almorzar y descansar para volver al parque por la tarde nuevamente a jugar y socializar. Finalmente vuelven a entrar a cenar y hacen una última salida para hacer sus necesidades y luego ir todos a dormir dentro del hotel.
Cuando les preguntamos a Flor y Fede como nació el proyecto, nos contaron que siempre sintieron la necesidad de ayudar a los perros en estado de riesgo, que sus más de treinta perros son adoptados y que ya hace mucho pudieron cumplir el sueño de la hostería conectada a la casa y, además, asociarla a su programa de responsabilidad empresarial, “Asistencia los campos”, donde con parte de lo facturado ayudan a los perros comunitarios, castrando machos y hembras y trabajando en educación para tenencia responsable.
Cierran así el círculo de, “PASIÓN POR LOS PERROS”, para los que tienen y los que no tienen calor de hogar.
Al conocer los campos es imposible no se sentir esa pasión en cada detalle.
URBAN PETS