En piedra, en bronce, sobre monedas, al óleo, sobre lienzo y madera, en impresión digital… Según Gary Tinterow, comisario de arte contemporáneo en el MET/Metropolitan Museum of Art de NY: “El galgo es la única raza de perro que aparece invariablemente en la Historia del Arte occidental desde hace más de 5.000 años”.
Del galgo sabemos que es una de las razas más antiguas de perro que se conocen y la primera en ser domesticada por el hombre. Su popularidad entre los humanos no era sólo por sus habilidades para la caza sino también por su curiosa fisonomía, un cuerpo estilizado y armónico que muy pronto se asoció con la elegancia… y se convirtió en el favorito para pintores y artistas de todas las épocas.
En las pinturas rupestresDel galgo sabemos que es una de las razas más antiguas de perro que se conocen y la primera en ser domesticada por el hombre. Su popularidad entre los humanos no era sólo por sus habilidades para la caza sino también por su curiosa fisonomía, un cuerpo estilizado y armónico que muy pronto se asoció con la elegancia… y se convirtió en el favorito para pintores y artistas de todas las épocas.
Hay galgos (o sus primeros ascendentes) en las fantásticas cuevas de Tasili n’Ajjer, actualmente el Sahara argelino, Patrimonio de la Humanidad desde 1982. En el Antiguo Egipto (civilización surgida a principios del 3100 a.C.) el perro y en concreto el galgo y el lebrel eran mucho más que animales de caza. Para ellos, el galgo está representado en el dios Seth.
Las tumbas egipcias de los grandes faraones están repletas de grabados de lebreles, fieles compañeros de sus amos, a los que seguían incluso tras la muerte. En la mitología griega, la diosa Artemisa, Señora de los Animales, una de las deidades más antiguas y más veneradas a menudo aparece representada como una cazadora, llevando arco y flechas, y acompañada por un galgo. Una imagen que adoptaron más tarde en el Imperio Romano para quienes Diana, la diosa virgen de la caza, siempre aparece con varios galgos y un arco en la mano. El galgo es además una figura ampliamente representada en los mosaicos romanos. De la mitología a los palacetes
En la Edad Media, los libros representaron un importante archivo histórico de la vida y las costumbres de los siglos XV y XVI
El anuncio de los pastores, una iluminación en la que dos pastores reaccionan temerosos a la visión de tres ángeles que les anuncian el nacimiento de Jesús. A sus pies, el rebaño y un galgo descansando junto al bosque. De autor desconocido es la serie de Los tapices del Unicornio, de origen holandés y datada entre el 1495 y 1505 que se conserva el MET Museum de NY. Entre las telas aparece la titulada La caza del Unicornio, una escena en la que aparecen un grupo de nobles y cazadores persiguiendo a un unicornio con sus perros, lebreles y galgos. De cazador feroz a máxima expresión de la elegancia
En el 1620, en Amberes, alcanza el grado de maestro el pintor Paul de Vos, especialista en escenas de caza que le encargaban los altos representantes de la aristocracia de la época para adorno de sus salones. Suyo es “Un galgo al acecho” (1636-1638), hoy en el Museo del Prado. Este es uno de los varios perros de caza pintados por él. “Ciervo acosado por una jauría de perros (1637-1640)”, también del maestro de Amberes. Peter Paul Rubens (1577–1640), uno de los pintores barrocos más importantes de la escuela flamenca, produjo una serie de escenas de caza monumentales alrededor del año 1620 con la ayuda de los alumnos de su taller. Entre ellas la titulada “Wolf and Fox Hunt”. Veronese pinta Muchacho con Galgo en 1570, probablemente por encargo de algún noble que quería representar el paso de niño a hombre de su descendencia y lo muestra con su espada y su perro predilecto, el que le hace adulto, cazador y poderoso, capaz de tomar decisiones. En la Real Colección de la Corona Británica, propiedad de Isabel II de Inglaterra, puede encontrarse el cuadro de Sir Edwin Landseer titulado “Eos, el Galgo Favorito”. El cuadro fue el regalo que la reina Victoria le hizo al príncipe Alberto por Navidad. El italiano Giovanni Boldini (1842-1931) también recibía encargos de las señoras de la alta sociedad para ser retratadas. El óleo La marchesa Luisa Casati con un levriero pertenece a una colección privada y en él la marquesa posa junto a su galgo negro, segura de su posición y de su belleza. En el arte contemporáneo, la artista escocesa Whyn Lewis ha optado por recuperar al galgo (entre otros animales) como máxima expresión de la elegancia.
Siente especial interés, la raza whippet, un galgo pequeño al que retrata continuamente con sus trazos limpios, en pinturas sencillas y limpias, despojadas de artificios, sin paisaje, apenas sin sombras. “Desde el principio mis pinturas trataron sobre expresar emociones a través de las formas y posturas y supongo que también el lenguaje corporal de mi whippet, que es el mismo lenguaje silencioso que la mayoría de nosotros entendemos intuitivamente cuando nos comunicamos con nuestras mascotas”, describe la propia artista.
“Siempre he sentido que los animales hablan de manera silenciosa y las pinturas hacen lo mismo, y creo que esta es la conexión que hay entre la naturaleza y el arte. Hay que tomarse tiempo para abrir los ojos, mirar, sentir y entender sin palabras, tener empatía y entendimiento con el mundo que nos rodea”.
Autora: Bárbara Vidal
Fuente: www.yo-galgo.com