Tiempo atrás, Camila, una perra negra con patitas blancas, llegó a la brigada. Era una perra sin hogar, pero con grandes condiciones para la investigación. La encontraron en 2005 en un barrio municipal, llegó muerta de hambre y con pulgas. En el cuartel de Areco trabajan con perros de la calle. Les dan atención y control veterinario, y prestan un servicio a la comunidad. Tienen ocho perros y siete de ellos son mestizos.
Camila, es la única perra de rastreo del país certificada tres veces en Estados Unidos y con premios internacionales: para rastreos en tierra, en agua, y como “can detector de cadáver”.
Participó en 67 búsquedas, la gran mayoría hechas en agua. “Es versátil”, define su instructor. Hacía un año le encontraron un tumor. Para los miembros de la brigada canina fue un gran golpe le hicieron quimioterapia y la perra logró ganarle la batalla al cáncer. Pero el tratamiento la dejó bastante debilitada y ya estaba bastante mayor como para seguir en funciones. Con 12 años, el domingo se retiraba. Pero ese mismo día en la brigada recibieron la llamada que se los convocaba para encontrar a los ocupantes del avión desaparecido y sin dudar llevaron a Camila.
El lugar donde cayó el avión es un pantano difícil de penetrar. Los investigadores se desplazan en barcazas, cortando cañas para avanzar. Una persona no puede pararse sobre la turba que flota en el río y que rodea lo que queda del avión. Por eso se decidió usar drones y perros.
“Cuando la llevamos al lugar del accidente, Camila ladró y se sentó en la zona del cráter de la caída del avión. Ese ladrido significa presencia de restos humanos. Después la alejamos para ver si había más rastros en otra zona cercana, pero permanentemente Camila volvía al lugar de la cola del avión, que era lo único que sobresalía. No había dudas de que estaban allí adentro”, explicó.
Así fue el último día de esta perra de rastreo antes de jubilarse, resolvió el misterio del avión desaparecido que mantuvo en vilo al país durante casi todo un mes.
CAMILA, UN RETIRO CON HONORES
La perra mestiza de rastreo que encontró a los tripulantes del avión perdido
Iba a ser el día de su jubilación. Con una ceremonia en el cuartel de Bomberos Voluntarios de Exaltación de la Cruz, Camila, la perra rescatista líder de la Brigada Canina K-9 de San Antonio de Areco, iba a recibir el sábado último una condecoración por esos doce años de servicio. Después, dejaría de trabajar. Pero el jefe de la brigada recibió un llamado de último momento que obligó a cambiar de planes. Y a suspender el retiro de Camila. Al menos por un día.
Sin dudas recibirá la despedida con honores que se merece.