Fue el primer santo mulato de América, más conocido como “el santo de la escoba”
Nació en Perú; hijo de un hidalgo Burgalés y de una negra liberta de Panamá.
Entró a la edad de 15 años a la orden dominicana, y en 1606 se convirtió en fraile.
Su principal virtud fue la humildad, usó siempre el mismo hábito, era vegetariano y dormía solo 3-4 horas por día.
Era amado y respetado por personas de todo estrato social, la gente acudía a él como alivio espiritual, ya en vida lo llamaban “santo hermano Martín”
Poseía el don de la bilocación, estar en dos lugares al mismo tiempo; por lo que sin salir nunca de Perú, se le atribuyen milagros en México, China y Japón.
También se le atribuyó control sobre la naturaleza y un gran amor por los animales, a quienes trataba con bondad, y les hablaba con respeto señorial. Se dice que tenía el don de hablarles a los animales y ellos no sólo lo entendían, sino que lo obedecían. Fue conocido que hacía comer del mismo plato a un perro, un gato y un ratón ¡en perfecta armonía!
Una anécdota se cuenta sobre San Martín que lo pinta por completo como ser extraordinario que fue:
En la enfermería tenían el problema que los ratones roían la ropa guardada.Cuando un empleado encuentra a uno de los ratones lo va a matar, pero el santo se lo impide. Toma al ratón y lo coloca sobre su mano, y con gran respeto le dice: – “ Vaya hermano y diga a sus compañeros que no sean molestos ni nocivos. Que se retiren a la huerta, que yo les llevaré allá el sustento de cada día”-. ¡Y así fue! Los ratones recibieron su prometida comida en la huerta, lejos de la enfermería, ¡donde no se los encontró merodeando más!
En la pintura con su imagen más conocida se lo ve con su escoba y a su lado un perro, un gato, un ratón y una paloma.
Venerado en todo el mundo, sus restos descansan en el convento de Santo Domingo en Lima, Perú.
¡Pedir a San Martín por la protección de nuestros animales de compañía es una buena idea!
Aeronave visual