Hola! Soy Marvel, la pastora australiana. Resulta que con este asunto del agility nos toca viajar bastante en avión con Bliss (la pirata Border Collie) y con Sofía, nuestra humana. Así que ya tenemos una lista preparada para organizarnos antes de cada viaje.Al planificar el viaje, una vez que ya tenemos pasaje y alojamiento que aceptan mascotas, averiguamos los requisitos sanitarios que exige el país adonde viajamos. Y además buscamos en las ciudades que visitaremos: a) tiendas que venden el alimento que utilizamos, b) clínicas veterinarias, c) parques o lugares que acepten perros. ¡En el viaje nos tenemos que divertir todos, humanos y caninos! ;) Un tema importantísimo es la caja transportadora en la que viajaremos.
Es fundamental tener en cuenta:
-Normas Internacionales: Al comprar la caja, hay que asegurarse que cumpla con las normas IATA, que regulan el transporte aéreo.
– Tamaño: En todas las aerolíneas piden que el tamaño de la caja supere un poco el de la altura del perro parado erguido.
– Piso preparado: Algunas cajas poseen un doble piso plástico, por si hay un pis no planificado, pero también se pueden usar paños absorbentes para cubrirlo.
– Señalización: Es buena idea dibujar con marcador indeleble flechas hacia arriba marcando el techo de la caja, y un cartelito de “LIVE ANIMAL” para que seamos tratados con cuidado.
– Identificación: En la puerta de la caja, llevamos nuestros datos personales en un cartelito, y en el cuello un collar con chapita de identificación.
– Bebedero: Lo mejor es evitar las bebidas en los viajes…pero si hiciera falta, en vez de agua es mejor agregar unos cubitos de hielo en un pote.
– Seguridad extra: Antes de despacharnos, Sofía siempre agrega precintos plásticos para trabar las dos mitades de la caja, y también las cuatro esquinas de la puerta de la caja.
El día del viaje programamos un paseo larguísimo con mucha diversión y juegos. Y para evitar accidentes dentro de la caja, hacemos seis horas de ayuno de comida sólida y tres horas de ayuno de líquidos antes del viaje. Al llegar a destino, vamos al pastito más cercano en el aeropuerto, nos despejamos y tomamos agua. Sofía siempre compra alguna fruta fresca para que calmemos el hambre hasta llegar al hotel y nos encontramos con nuestra comida.Volar con perros tiene sus vueltas. Pero si lo planificamos con tiempo y dedicación, y tenemos en cuenta las necesidades de todos los viajeros, ¡la pasamos genial!