por M.V. Claudia Brehm
Para la medicina holística, salud es el correcto equilibrio de la energía vital, mientras que enfermedad es la pérdida de este equilibrio con la consecuente falla en los mecanismos de defensa y entre los factores que causan este desequilibrio están: el individuo (con su energía vital) y su entorno.
Esto es importante porque cuando llevamos a nuestra mascota al veterinario debemos tener en cuenta que a través de lo que nosotros vemos como síntomas, nuestro animalito nos está tratando de revelar algo más que le está pasando, y esto es lo que hace que ante un mismo agente causal, no todos se enfermen de la misma manera. Y muchas veces en la consulta surgen hechos pasados como cirugías, heridas, traumas, que pudieron dejar una huella; es la biografía o biopatografía de nuestra mascota.
La terapia neural, como terapia perteneciente a la medicina biorreguladora es un puente entre la homeopatía y la medicina convencional. A través de esta práctica se busca encontrar estas “huellas” en los tejidos que afectados dejaron de transmitir información al sistema nervioso; son los campos interferentes, los cuales ejercen fuertes estímulos sobre el sistema nervioso que al sobrecargarse se ve impedido de manejar adecuadamente nuevas agresiones; los puntos débiles obtenidos durante la revisación de la mascota en la consulta pueden estar en el sitio afectado o ser simplemente un reflejo de un problema distante. Estos puntos pueden ser un proceso inflamatorio, cicatrices por cirugías o heridas ó procesos infecciosos crónicos también denominados focos, como también traumatismos recientes o antiguos, problemas odontológicos, estrés, pérdida de un ser querido, abusos, cuerpos extraños. Cualquier alteración del equilibrio en un determinado sitio del cuerpo o en el sentimiento puede desencadenar una patología generalizada.
La tarea del médico es encontrar el origen de la irritación en el sistema nervioso y resolverla. El sistema nervioso juega un rol primordial en las manifestaciones vitales del ser. Una excitación intensa y prolongada produce una modificación determinada del nervio y precede a la pérdida de la función del mismo. Por eso, una vez encontrados estos puntos débiles, se busca restituir el flujo de información afectado a través de la aplicación de una sustancia como la procaína diluida.
Como el 90 % del sistema neurovegetativo está en la piel, se pueden aplicar inyecciones intradérmicas (pápulas) o subcutáneas con el objeto de provocar impulsos débiles y transformadores restableciendo el sistema que promulga la curación, devolviendo a nuestra mascota el flujo natural de la energía.
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