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El perro urbano

SER (gato), SER (perro) O NO SER (humano) Esa es la cuestión…

SER (gato), SER (perro) O NO SER (humano) Esa es la cuestión…

Dicen algunos que “Dios creó al gato para que el hombre tenga el placer de acariciar un tigre todos los días” – frase hermosa que resume de una manera precisa el comportamiento generalizado del felino doméstico.Otro cuentan que “Dios hizo el mejor test a la hora de elegir un cachorro: mirarse honestamente al espejo” – aduciendo a la fidelidad como característica notable del perro hacia sus vínculos afectivos. Pero quizá Dios tenía preparada otra vuelta de tuerca en nuestra trascendencia sobre este mundo y puso a prueba nuevas reglas para burlarse de las capacidades de adaptación, haciéndonos convivir en espacios cada vez más reducidos a 3 depredadores de estilos más que sofisticados.

Alguna vez se pusieron a pensar en esta situación que casi todos experimentamos diariamente? En cualquier casa conviven:

1.- El Gato doméstico (Felis silvestris catus), estupendo, certero y pensante cazador solitario, preferentemente de hábitos nocturnos; verdugo de presas veloces y chicas, Los ancestros directos de los gatos domésticos habrían abandonado gradualmente la vida silvestre, atraídos por los roedores que parasitaban a las comunidades humanas, de hecho se dice que su origen tuvo que ver con el cuidado de las cosechas y los grandes Silos egipcios evitando la invasión de ratas y sus consecuentes pestes.

2.- El Perro doméstico (Canis lupus familiaris): Un depredador social por excelencia, descendiente del lobo, del maestro de la caza paciente y cautelar. Un socio perfecto del cuidado, de la compañía, de la protección y de la colaboración a la hora de tomar decisiones de vida. El perro es la especie con el poder de adaptación más eficiente en el mundo. Hoy en día el hombre ha podido conformar más de 500 razas para su gusto y función y esto no termina.

3.- El Ser humano (Homo sapiens): La especie depredadora por excelencia, la que tiene el don de la razón y se yergue en la cima de la evolución, la joya de la naturaleza a la que se le dio el acceso a la inteligencia superior y que en teoría tiene la responsabilidad de guiar a este mundo en su conservación y desarrollo.

Es entonces que en teoría tendríamos una sociedad perfecta: tres especies omnívoras, que se alimentan de toda clase de sustancias orgánicas, tanto vegetales como animales y a su vez con cualidades selectivas: el que piensa y decide que hacer, el que nos permite alimentarnos sanamente y con reservas y el que nos protege y nos ayuda a obtener los recursos. ¿Usted puede diferenciar cuál es cuál? – Claro que es difícil porque en algún punto los roles se comparten y de esa manera cada uno es parte del otro.

Los perros, los gatos y los humanos se han acompañado en su proceso a la civilización; la presencia de estas especies está probada en todas las culturas del mundo y en algún momento de la historia los hemos venerados y los hemos endemoniados.Bajo esta mirada holística me resulta difícil someter a cuestión si un perro puede vivir en un mismo ámbito que un gato o viceversa. Está más que comprobado que se trata de un proceso individual de adaptación y no de un rasgo evolutivo o de confrontaciones míticas.Lo que sí me pregunto en la cotidianeidad de nuestra escueta existencia es; estamos capacitados nosotros los humanos para guiar una convivencia entre las tres especies? Logramos conocer a fondo a nuestros compañeros de vida como para establecer una sana relación interespecífica?Pregunto esto porque en el juego de roles que nos toca actuar, nosotros tendríamos que ser, en un porcentaje mayor, los seres pensantes, teniendo la bendita suerte que ante nuestros errores, los animales nos siguen dando chance de redimirnos aunque el devenir de nuestros actos se empecine en escribir la fábula con más interrogantes que aciertos.

La historia de nuestra convivencia recién se inicia, hay todavía muchísimas páginas en blanco como para poder trazar un final coherente y consciente, no esperemos a que sean ellos los que sigan mostrando dotes superadores de evolución y algún día nos sorprendan portando la pluma de su propia historia….

Javier Boracchia

Soy Psicólogo Social y Educador Canino, me dedico a la investigación y al tratamiento del vínculo entre el perro social y su entorno de convivencia en un proyecto de mi autoría llamado “El perro urbano”. Considero al perro como un sujeto social de vínculos estables y duraderos que comparte un ámbito de comunicación constante con el hombre, adaptando sus capacidades en un juego de participación funcional en donde influye y es influenciado en forma dinámica. Desde mis comienzos cubro el área de trabajos domiciliarios con un equipo de colaboradores formados en mis cursos, actualmente acabo de terminar mi primer libro.

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