Perteneciente a una familia de clase media con sobresaltos económicos, sus padres se esforzaron para que obtuviera una buena educación y en 1873, cuando contaba con 17 años, Freud ingresó en la Universidad de Viena como estudiante de medicina en un ambiente de antisemitismo creciente.
Según cuenta la historia, el científico brillante, descubridor del inconsciente y de la sexualidad infantil entre otras cosas, llega a interesarse por los perros recién luego de estar casado con Martha Bernays y tener 6 hijos. Justamente a Anna, su hija menor y su gran debilidad, es a quien decide regalarle un ovejero alemán de nombre Wolf (lobo).
Javier Boracchia
Soy Psicólogo Social y Educador Canino, me dedico a la investigación y al tratamiento del vínculo entre el perro social y su entorno de convivencia en un proyecto de mi autoría llamado “El perro urbano”. Considero al perro como un sujeto social de vínculos estables y duraderos que comparte un ámbito de comunicación constante con el hombre, adaptando sus capacidades en un juego de participación funcional en donde influye y es influenciado en forma dinámica. Desde mis comienzos cubro el área de trabajos domiciliarios con un equipo de colaboradores formados en mis cursos, actualmente acabo de terminar mi primer libro.